La investigación sobre la felicidad se ha convertido en los
últimos 20 años en un tema sobresaliente. Preguntas como las siguientes se
encuentran actualmente en la cima de las cuestiones de la psicología, la
educación, la economía, la sociología, la neurociencia y el comportamiento
organizacional: ¿qué hace feliz a un ser humano? O bien: ¿cómo podemos
incrementar nuestro grado de felicidad?
“The How of Happiness”, Sonja Lyubomirsky, nos entrega datos que
resultan sorprendentes: 50% de nuestra felicidad se encuentra determinada por
factores genéticos y las características innatas de las personas y un 10% es el resultado de nuestras
circunstancias. Por lo tanto, el hecho nos encontremos casado o
soltero, nos hayamos ganado la lotería o no, y más sorprendentemente, estemos
sanos o enfermos, sólo afectará su grado de felicidad en un diez por ciento.
Sin embargo, no importando en qué grado de felicidad se encuentre ahora, tenemos
el 40% de posibilidades de incrementar su grado de
felicidad llevando a cabo acciones específicas.
¿Cuáles pueden ser esas acciones que nos ayuden a aumentar nuestra
felicidad?
Una muy sencilla y que podemos poner en práctica fácilmente, es
expresar agradecimiento a las personas que nos han apoyado en la vida. Esta
acción no sólo ofrece satisfacción y agrado, sino que además brinda alegría a
la persona que la recibe. ¿No cree usted, que una de las cosas que nos hacen más
felices es brindar alegría a otros?
Gretchen Rubin dedicó todo un año de su vida a realizar
investigaciones sobre cómo ser más feliz. Podemos conocer su experiencia al
leer su libro “Objetivo: Felicidad”. La autora describe cómo cada mes se
proponía llevar a cabo acciones que tenían como fin aumentar su felicidad. Ella
sugiere las siguientes, entre otras: “Alegre esa cara, considérese feliz,
acuérdese de amar, haga lo que le apasiona, dedique tiempo a los amigos, tome
la diversión en serio, etc.”.
Para incrementar nuestro nivel de felicidad debemos poner mucha
atención a los mensajes que damos a nuestra mente. Si hacemos un esfuerzo voluntario por ver las
cosas positivas de la vida pondrá nuestro cerebro en el estado adecuado para
atraer las emociones positivas. Por ejemplo, el hecho de que lea este artículo
significa que está vivo y que puede leer. Ahora detengamos un momento en la
lectura y concéntrenoslos en nuestro
alrededor: observe el cielo o una flor, mire el rostro de alguien que ama,
saboree un dulce o una taza de café y empiece a adiestrar su mente y sus
sentidos a disfrutar el presente.
Ahora bien, en el campo organizacional existen evidencias cada
vez más comprobables entre la relación que guarda el grado de felicidad del
personal con los resultados que logran; es decir, a mayor felicidad, mayor
productividad. Por supuesto que habrá personas que cuestionen esta afirmación
poniendo como ejemplo que en situaciones de presión o tensión pueden surgir
mejores ideas o que las personas se esforzarán más para encontrar soluciones en
épocas de crisis. Si bien esto puede ser así, debemos recordar que si los
periodos de tensión se mantienen durante largos lapsos provocarán estrés.
El de
tipo negativo, también llamado distrés, puede crear incapacidad física o mental
y terminar en el síndrome de “burnout” o desgaste profesional. También conocido
como el síndrome del profesionista quemado, se caracteriza por un claro
detrimento de la capacidad de trabajo así como por problemas de salud tales
como dolores de cabeza, insomnio, úlcera, colitis, fatiga crónica y problemas
de comportamiento, entre los que podemos resaltar ausentismo laboral,
irritabilidad y depresión, entre otros.
La revista Harvard Business reportó, como resultado de una
investigación, que una fuerza de trabajo más próspera refleja un rendimiento
total superior al 16% y que los trabajadores declararon que se sentían 125%
menos agotados, 32% más comprometidos y 46% más satisfechos con sus trabajos.
¿Se puede imaginar lo que una fuerza de trabajo más feliz puede hacer por su
empresa?
Para aumentar este grado de felicidad entre sus empleados es
importante brindarles capacitación frecuente, ya que seguir aprendiendo es para
los seres humanos una fuente de autorrealización y mantenerse activos
proporciona satisfacción. Es importante que sus colaboradores reciban
reconocimiento por parte de usted, es decir demostrarles que su trabajo es
importante y que con sus acciones pueden hacer la diferencia. Un tipo de
liderazgo que permita la participación de los empleados en la toma de
decisiones incrementará su compromiso y su identidad con la empresa. Si usted
logra modificar las políticas de su organización para otorgar “empoderamiento”,
el clima organizacional mejorará y con ello la productividad. Jack Welch lo
resumía de esta manera: “Todo se relaciona con las personas; se trata de
escoger a los mejores, se trata de motivar a los mejores, se trata de
recompensar a los mejores en el alma y en el bolsillo.”
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