martes, 1 de abril de 2014

Felicidad o bienestar es una camino que se construye Positivamente a diario

Hola amigos,

Me gustó este dibujo, porque representa más claramente lo que entiendo por vivir una vida feliz.
Para mí es andar, caminar, navegar, conducir, volar, como queramos llamarle a nuestra mirada de avanzar, y también quedarme quieto, conectando con lo que voy sintiendo y me va pasando. Muchas veces para avanzar debemos detenernos, planificar, reflexionar y ordenar nuestras cargas.

Me encanta este blog desde donde lo estoy encarando en esta segunda vuelta. Ya escribí hace unos días que me di la licencia de compartir o por lo menos de poner mis miradas en este lindo camino de trabajar para estar mejor, y sin duda hace las veces de un ejercicio maravilloso de reflexión, como lo comento en las charlas y talleres, de generar una conexión entre lo cognitivo y lo emocional.

Pues bien toda la semana pasada fue una semana interesante y desafiante conmigo mismo y en nuestro equipo de trabajo de C.H.GRBIC Consultores. Nos vimos enfrentados a una mirada más escéptica por momentos y muy analítica por otro respecto de  que trabajo sobre el bien estar sea tan importante en las organizaciones, y quedamos con una sensación extraña de que si bien entienden su importancia o eso pareciera, no hay la suficiente convicción de atreverse desde lo claro y simple a hablar de felicidad.
¿Nombrar el término felicidad es tan grave para las culturas organizacionales?... Recorrer nuestro país de extremo a extremo me mostró que las organizaciones descansan en sus áreas de RRHH y son ellos los que deben ver qué hacer para las personas, y se me viene una reflexión que nos compartió nuestra presidenta días antes de salir electa. Dijo que ella no cometería el mismo error que cometió con el “TranSantiago” que esta vez le preguntaría a la gente qué opina de las medidas que va a tomar y por las que se verán afectados.

Y no me quiero meter en lo político, solo en esa reflexión ya que parte de lo que fue el tranSantiago tiene que ver con que para su implementación se asesoró de expertos pero no preguntó a quienes lo iban a utilizar, a los usuarios.
Me pasa lo mismo con este tema del bien estar y la felicidad para los colaboradores. Si le preguntamos a las personas como lo hice yo (cerca de 10.000 empleados vigentes de todo tipo de empresa a lo largo de todo Chile), si gustarían de espacios de conversación y entrega de herramientas para estar mejor, para buscar coherencias en sus vidas, la mayoría lo pedían a gritos…Pero las organizaciones o las áreas respectivas no lo dan porque supuestamente la “cultura lo impide”. Entonces me pregunto ¿cuándo es el momento o cómo debe darse la situación para que se implementen acciones que vayan desarrollando el bienestar en nuestros colaboradores?

Yo creo que es YA, así de simple. Mientras antes empecemos mejor será, y habrá menos stress, menos licencias, menos depresión.

Por momentos sentimos como una suerte de frustración de no poder expresar y mostrar con indicadores duros los efectos que hemos visto en nuestros talleres, sin embargo nos reunimos a reflexionar y le dimos una vuelta para ver esta situación como una oportunidad de crecer y ser más creativos. Y de ninguna manera renunciar a este hermoso estandarte de que se puede y se debe estar bien.

Creemos que las organizaciones deberían ofrecer los espacios de desarrollo para el bien estar de su gente y la elección sin duda debe ser personal para que no nos pase lo mismo que con el Transantiago, que unos pocos, desde el palco de lo que debe ser, definen lo que la mayoría seguramente necesita.

Como plantea la sicología positiva las cosas suceden por algo y ese algo es el que hay que ver, analizar y trabajar.

No triunfan los que no se caen, sino quienes nos caemos y nos paramos porque tenemos claro que hay algo que debemos dejar en nuestro camino. Nuestra vida tiene un sentido y mientras antes descubramos ese sentido, antes estaremos en el camino de trabajar en el bien estar y la felicidad. Porque esta es una forma de vida y no solo momentos….


                                    Nos vemos